
Jugando al fútbol he aprendido a trabajar en equipo y a ser solidaria
Jugando al fútbol he aprendido a trabajar en equipo y a ser solidaria
Belén Zamora, de la Gerencia de EU Regulation & Policy de Enagás, es una apasionada del fútbol que ha desafiado desde pequeña los roles de género. Este deporte le ha enseñado valiosas lecciones sobre el trabajo en equipo, la solidaridad, la lealtad y el sacrificio.
Empezaste a jugar al fútbol de pequeña en el colegio. ¿Qué te llevó a iniciarte en este mundo, por aquel entonces, mayoritariamente de hombres?
En mi casa, mi padre y mi madre tienen mucha afición, así que parece que va en los genes. Recuerdo jugar al fútbol desde que empecé a andar y en aquel momento en mi cabeza no había cosas de chicos o de chicas, era una más entre mis compañeros.
Al crecer es cuando te das cuenta de que la sociedad te intenta marcar un camino y te dice qué te tiene que gustar por el hecho de ser chica. Y ahí es cuando tienes que empezar a decidir si estás dispuesta a aceptar ser una excepción en muchas ocasiones, ya que a veces te hacen sentir incómoda.
¿Quiénes eran tus referentes cuando empezaste? ¿Y ahora?
Miguel Pardeza es el primer ídolo que recuerdo. Con él ganamos dos Copas del Rey y la Recopa de Europa. Ahora es más difícil que alguien permanezca en el mismo club -salvo en los “grandes”- varias temporadas seguidas, así que casi cada temporada toca buscar nuevos referentes.
Tal y como me enseñaron mis padres, intento que mis hijos vean más allá de la calidad futbolística (comportamiento en el campo, estudios, etc.). Ahora nos quedamos con nuestro gran delantero Iván Azón, zaragocista de cuna y estudiante de Ingeniería Industrial.
A diferencia del mundo tenístico, donde Arantxa Sánchez Vicario o Conchita Martínez me ayudaron a iniciarme en mi pasión por la raqueta, en el fútbol femenino hace treinta años no había referentes como ahora. Con diez años viajé a Estados Unidos y me maravilló la cantidad de chicas que jugaban al fútbol allí. Mis padres me dijeron que poco a poco también pasaría en España. Todavía queda mucho camino por recorrer, pero ni en mis mejores sueños imaginaba a la selección española femenina ganando un Mundial en 2023.

Como seguidora del Real Zaragoza, ¿cuál es tu mejor recuerdo? ¿Se sufre más compitiendo o viendo jugar a tu equipo?
He viajado muchísimo acompañando al equipo, dentro y fuera de España. De cada viaje me llevaba una experiencia, pero si tuviera que elegir me quedaría con dos finales de Copa del Rey. Una en Sevilla, donde ganamos frente al Celta; y otra en Barcelona, que ganamos al Real Madrid. Nunca partíamos como favoritos y eso hacía que el triunfo fuese más valorado.
Yo, en general, sufro más viendo al equipo: jugando yo misma vivo en primera persona las cosas. Cuando veo al equipo, el resultado final queda completamente fuera de tu alcance y eso hace más difícil gestionar la derrota.
Cuéntanos sobre tu colaboración con el diario Heraldo de Aragón para temas deportivos
Me gusta escribir desde pequeña. Es una forma de liberar emociones y sentimientos y lo hago con cierta frecuencia, por ejemplo, en eventos o concursos literarios.
Recientemente, tras dos partidos en los que el Real Zaragoza perdió, escribí un par de cartas al director, a modo de desahogo, y decidieron publicarlas. Yo, por supuesto, encantada de poder unir mis aficiones por el fútbol y la escritura.
¿Hay algo que te haya enseñado el fútbol que utilices en tu trabajo?
Jugando al fútbol he aprendido a trabajar en equipo y a ser solidaria con los compañeros y compañeras, celebrando sus aciertos y minimizando sus errores. En una empresa se debería funcionar igual, todos remando en la misma dirección y apoyándonos en el día a día.
Además, siendo aficionada del Zaragoza aprendes a valorar la victoria, a aceptar la derrota y a no abandonar pese a que la situación sea complicada. Lealtad, fidelidad y sacrificio son valores que yo he aprendido con el fútbol.
En la última edición del torneo solidario de fútbol 7 en el que participa anualmente Enagás fuiste de las pocas mujeres de todos los equipos que compitieron. ¿Qué le dirías a otras mujeres compañeras que dudan en inscribirse?
Si les gusta y les apetece, hay que dejar la vergüenza de lado y disfrutar de un día de deporte con los compañeros. Cada equipo debería tener mujeres entre sus integrantes porque creo que es enriquecedora la variedad.