Desconectar a través de la pintura, con Amanda Tomás Lozano

Amanda Tomás Lozano, Coordinadora de Digitalización en la Gerencia de Estrategia y Agenda Digital, recupera una de las principales aficiones de su infancia.

¿Cómo empezó tu afición por la pintura?

Me ha gustado pintar desde pequeña. Recuerdo que tenía un cajón en casa dedicado exclusivamente a mis dibujos y a guardar todo lo que utilizaba (blocks de hojas, pinturas, rotuladores, carboncillos, lápices…). Era un espacio sagrado. A día de hoy conservo muchos de esos dibujos y algún que otro block que he redescubierto gracias a este reportaje.

Durante la adolescencia dejé a un lado la pintura, pero hace unos años, al pintar de nuevo junto a mi hija mayor, volví a encontrar en el dibujo la paz y concentración de las que disfrutaba tanto de pequeña. Desde entonces, me gusta encontrar huecos para hacer algún cuadro, o simplemente para experimentar con nuevas técnicas, mezclas, formas…

¿Cuál es tu técnica favorita y qué te gusta representar (paisajes, escenas, elementos abstractos, personas…)? 

Siempre me ha encantado dibujar personas. Habré pintado cientos de retratos a lápiz o carboncillo, muchos de ellos inventados y otros inspirados en fotografías reales. Sin embargo, en esta última etapa me estoy centrando más en la acuarela y en pintar figuras del mundo animal que utilizo para hacer cuadros infantiles. El motivo es que cuando empecé a retomar la pintura hace pocos años lo hice a través de las acuarelas “para niños”.  

Un día hice un cuadro infantil como regalo de recién nacido para una amiga y tuvo tanto éxito que empecé a replicar el modelo. Poco a poco, comencé a cogerle tanto el gusto que incluso invertí en material y en acuarelas profesionales.  

Lo bonito de las acuarelas es que el agua juega un papel fundamental y tienes que aprender a utilizarla a tu favor para lograr los tonos y trazos que quieras. Es una técnica compleja que requiere muchas pruebas para poder dominarla. Me apasiona seguir experimentando y saber que me queda mucho por aprender. 

A tu juicio, ¿qué beneficios tiene la pintura?  

A mí lo que más me aporta la pintura es relajación y desconexión. Cuando me preparo todo el material y me siento a pintar sé que me va a costar parar. El tiempo se me pasa volando y siempre hay algo que añadir o matizar en todos los dibujos. Por eso me resulta difícil pintar a menudo, porque necesito encontrar ventanas de tiempo largas para poder hacerlo. Me concentro mucho cuando estoy pintando y, al terminar, la sensación es de calma total y de satisfacción cuando veo que he conseguido el resultado que visualizaba.  

¿Qué consejo le darías a alguien que quiera empezar a dar sus primeros trazos? 

No me siento una experta de la materia, pero como amateur y apasionada de la pintura lo que le diría sería que primero probase con distintas técnicas, así como diferentes estilos para encontrar su propia esencia. En mi caso, por ejemplo, siempre me ha gustado pintar retratos o escenas y ahora que he descubierto la acuarela ha resurgido en mí un interés por volver al dibujo que había perdido durante mucho tiempo. Por eso es importante probar. 

¿Cómo te inspiras para crear tus obras? 

Depende. En los primeros cuadros dibujaba lo que a mí me apetecía, por lo que buscaba inspiración por internet e intentaba adaptar el boceto a lo que yo tenía en mente. Pero en los últimos regalos, he intentado “personalizar” un poco más cada encargo. En algunos casos directamente me pasan la lámina que quieren y en otros me indican animales o tonalidades del espacio en el que van a colocar el cuadro. A partir de ahí yo monto el concepto. 

Para mí es importante que, entre cuadro y cuadro, tenga días en los que mi pintura se reduzca solamente a probar. Realizo pequeños dibujos en los que mezclo distintas cantidades de pigmento y agua para ir tomando más control del material, para probar técnicas o para ir encontrando mi propio trazo. Así siento que cuando voy a iniciar un cuadro lo hago con nuevas ideas y un estilo renovado. 

¿Tienes algún referente en el mundo de la pintura?  

Me encanta Dalí. He tenido la suerte de ir a su museo en Figueres, además de a alguna exposición en Madrid, y cada vez descubro cosas nuevas en sus pinturas o esculturas. Hace poco me regalaron un libro sobre su vida personal y artística y me resultó fascinante. En cuanto al mundo de la acuarela, lo cierto es que no tengo ningún referente. Sigo en redes la obra de Álvaro Castagnet, que es muy interesante, y de alguna artista más modesta.