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Tallgrass y la recuperación del sector en Estados Unidos


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Tallgrass y la recuperación del sector en Estados Unidos

Tallgrass Energy, grupo especializado en infraestructuras energéticas en Estados Unidos participado en un 30% por Enagás, ha logrado minimizar el impacto de la crisis del coronavirus en el sector energético del país.

Estados Unidos vuelve a demostrar su liderazgo en el mercado de Oil & Gas mundial. El país norteamericano, el mayor productor y consumidor de petróleo y gas del planeta, ha logrado recuperarse rápidamente del escenario sin precedentes que tuvo que afrontar por la irrupción de la pandemia de la COVID-19 en 2020, situándose en una senda de recuperación muy positiva. “Hemos experimentado una de las crisis más graves en la historia del sector con la confluencia de una demanda que se desplomó a nivel mundial, una caída de precios y un shock de oferta cuyos peores efectos, no obstante, fueron muy limitados en el tiempo”, explican el director y la directora adjunta de Negocio Internacional en Norteamérica, Roberto Asín y Mayte Nonay.

La irrupción de la pandemia afectó principalmente al sector petrolero, que durante los meses de abril y mayo de 2020 registró una caída del 30% de la demanda y de más de un 20% de la producción respecto a los niveles previos a la pandemia. En paralelo, el precio del petróleo de referencia en Estados Unidos (West Texas Intermediate) registró el 20 de abril de 2020 su mínimo histórico: un precio de -38 dólares por barril. El sector gasista, no obstante, se mostró más resiliente, con caídas de la demanda interna y de la producción bastante menores.

En ese contexto, Tallgrass Energy hizo frente a esta crisis “gracias a unos activos estratégicos, flexibles y un equipo gestor excelente”, destaca Asín. Tallgrass cuenta con tres gasoductos que suman más de 11.000 kilómetros de extensión.

El responsable de Negocio Internacional de Norteamérica indica que, adicionalmente, las cuencas de producción de Oil & Gas de Estados Unidos más vinculadas al negocio de Tallgrass tuvieron un mejor comportamiento que la media.

“Hemos experimentado una de las crisis más graves en la historia del sector con la confluencia de una demanda que se desplomó a nivel mundial, una caída de precios y un shock de oferta cuyos peores efectos, no obstante, fueron muy limitados en el tiempo”

Este cambio de tendencia y el inicio de la senda hacia la reactivación, con una recuperación de la demanda sostenida, ha sido posible a medida que los confinamientos se iban flexibilizando a lo largo del país y al avance de la vacunación. Nonay también incide en que han sido clave los distintos paquetes de estímulo que el gobierno estadounidense ha inyectado en la economía norteamericana.

La producción también se ha recuperado de manera muy significativa, favorecida por el incremento del precio del crudo, que se sitúa en el entorno de los 70 dólares por barril a principios de septiembre, equiparable a niveles de septiembre de 2018. Esta subida de precios se ha beneficiado de las decisiones para reordenar la producción que han llevado a cabo los países de la OPEP y sus aliados.

La solidez del repunte de la actividad se está concretando en nuevas oportunidades de crecimiento para Tallgrass Energy en Estados Unidos, con la materialización de nuevos contratos a largo plazo con empresas del país que permiten anticipar unas perspectivas de futuro muy positivas.

Otro signo de la mejoría del sector energético en el país es el repunte que está experimentado la exportación de GNL. Todas las terminales de licuefacción están operando a máximos, exportando el gas estadounidense a Europa y Asia. Asimismo, la EIA (Agencia oficial de información energética de Estados Unidos) prevé que las exportaciones de GNL se mantengan robustas y que este año superen por primera vez en términos anuales a las exportaciones por tubería (principalmente a México).

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