El gas natural acelera la movilidad sostenible
El gas natural acelera
la movilidad sostenible
La movilidad juega un papel estratégico en la lucha contra el cambio climático. En la carrera por alcanzar la neutralidad en emisiones de carbono para 2050, es necesario que la industria del transporte, en todas sus modalidades, se involucre a fondo. Ya sea desde el transporte pesado por carretera o el marítimo, pasando por el ferrocarril y la aviación. En este proceso para reducir las emisiones de CO2 al máximo, el gas natural es una solución como combustible alternativo, ya que su uso permite una movilidad más sostenible y eficiente, gracias a sus ventajas medioambientales y económicas.
En la actualidad, el transporte representa el 28% de la demanda de energía mundial y el 23% de las emisiones de CO2, según datos de la Agencia Internacional de la Energía. Para el año 2050, tanto el transporte de viajeros como el de mercancías afrontan un importante desafío. En este contexto, el gas natural se posiciona como un gran aliado para mitigar las emisiones que puedan derivarse de su actividad e impulsar una revolución que permita una menor dependencia de los combustibles más contaminantes.
El gas natural permite reducir en un 21% las emisiones de CO2. También contribuye a impulsar la economía circular, con la adaptación de vehículos y extendiendo su ciclo de vida, así como eliminando en su totalidad la emisión de partículas contaminantes (un 95% las NOx y un 100% las SOx). Además, a diferencia de los combustibles convencionales, ofrece un precio estable y competitivo, que puede suponer unos ahorros de entre el 30% y el 50%. Adicionalmente, ofrece otras ventajas: es una fuente segura, tanto en su manipulación como en su transporte, y provoca un 50% menos de ruido que otros combustibles. Cuenta con una infraestructura desarrollada, disponible y con capacidad para atender a toda la demanda.
El gas natural juega un papel protagonista como combustible alternativo, ya que su uso permite una movilidad más sostenible y eficiente, gracias a sus ventajas medioambientales y económicas
Este cambio de paradigma hacia un modelo más sostenible requiere una reconversión de los modelos de movilidad. En el caso del transporte pesado por carretera, las necesidades de potencia y autonomía que satisfacen en la actualidad los motores convencionales y el GNL no pueden ser sustituidas todavía por sistemas energéticos alternativos. La electrificación, por su parte, no es rentable en todos los servicios atendidos por el ferrocarril.
La única alternativa real a la que recurrir para reducir el CO2 y para mejorar la calidad del aire, es el uso del gas natural comprimido (GNC), el gas natural licuado (GNL) y sus mezclas con gases renovables. De hecho, un 50% de esta actividad sólo puede descarbonizarse a través de esta fuente de energía. Claudio Rodríguez, Director General de Infraestructuras de Enagás, constata la importancia que está adquiriendo el gas natural para avanzar en un sistema descarbonizado y resalta que “los gases renovables, como el biometano, el gas natural sintético y el hidrógeno, incrementarán de forma progresiva su presencia en la movilidad y permitirán reforzar una descarbonización sostenible de los sectores pesados”. En Europa ya existen cerca de dos millones de vehículos con gas natural, mientras que en España crecieron el doble que los eléctricos en 2019.
La sostenibilidad comienza en el mar
El impulso a un nuevo modelo de movilidad sostenible es uno de los ejes de actuación prioritarios para la Comisión Europea, con su Estrategia para una Movilidad Inteligente y Sostenible. Este plan contempla la reducción en un 90% de las emisiones de CO2 del sector transporte, que genera cerca del 30% de los gases de efecto invernadero en la Unión Europea. Para ello, se desarrollarán 86 iniciativas en los próximos cuatro años, que afectarán al transporte por carretera, el ferrocarril, la aviación, el transporte marítimo y a las propias ciudades. En el ámbito del transporte marítimo, Bruselas se ha comprometido a fomentar el uso de combustibles renovables, que apenas representan un 7% en la actualidad, mientras que la OMI (Organización Marítima Internacional) plantea reducir las emisiones de CO2 del transporte marítimo en un 70% respecto a 2008. En paralelo, la nueva regulación europea que desde enero de 2020 restringe el contenido autorizado de azufre en el fueloil utilizado por los buques, ha impulsado el uso del gas natural licuado en el transporte marítimo.
Enagás está firmemente comprometida con el objetivo de descarbonizar los mares
Enagás está firmemente comprometida con el objetivo de descarbonizar los mares. En esta línea se enmarca el proyecto CORE LNGas hive, iniciado en 2014 para impulsar el GNL como combustible marítimo y avanzar en la reducción de emisiones, liderado por Puertos del Estado y coordinado por Enagás. El proyecto ha permitido a España convertirse en el primer país de Europa en cumplir con la Directiva de Infraestructuras en materia de GNL para los puertos clave, cinco años antes de lo planificado, abasteciendo a todos los puertos de la Península Ibérica y en línea con lo establecido en el Marco de Acción Nacional. Esta iniciativa permite minimizar inversiones y convertir a las infraestructuras portuarias en auténticos hubs energéticos.
Además, Enagás coordina en los puertos de Algeciras y Barcelona dos desarrollos de abastecimiento de gas natural licuado para ser utilizado como combustible en barco (bunkering). Ambos están respaldados por la UE y tienen como objetivo promover un transporte más sostenible y eficiente. Estas iniciativas se enmarcan dentro de la Estrategia ‘LNGhive2’, también liderada por Puertos del Estado y que, como CORE LNGas hive, tiene por objetivo seguir avanzando en el desarrollo del mercado de GNL como combustible marítimo y garantizar el suministro en los puertos.
Los procesos de bunkering están cobrando un fuerte impulso en España. En 2020 se llevaron a cabo un total de 741 operaciones de abastecimiento de gas natural licuado (GNL), lo que supone multiplicar por cuatro las de 2019. En concreto, esta cifra de suministro permitió proporcionar un total de 122.058 metros cúbicos de GNL, según datos de Gasnam. Además, España está impulsando una inversión de 246 millones de euros (de los que unos 60 millones son cofinanciados por la Comisión Europea) en proyectos de bunkering.
El hidrógeno, a futuro, puede ser también decisivo para la descarbonización total de la movilidad.